Nunca olvidaré la desagradable sensación, la pequeña calle inclinada en ese momento me parecía inmensa, corrí y corrí con todas las fuerzas que el temor es capaz de proporcionar hasta que al llegar a su final y girar mi cabeza vi el rostro de un primo varios años mayor que yo, de inmediato me lancé a sus brazos y al estar entre ellos rompí en llanto.
Minutos después cuándo las "aguas" estaban más calmadas "mami Chela" me sentó sobre sus piernas para tener una plática seria conmigo, la primera de ese tipo que tendría en mi vida y de la cual el contenido me marcaría para siempre pues encontraría respuesta a muchas incógnitas que a lo largo de mi entonces corta existencia habían aparecido pero que nunca me atrevía a cuestionar, por ejemplo: ¿Por qué llamaba papis a mis abuelos?¿Por qué si ellos eran mis papis, sus hijas no eran mis hermanas sino mis tías? ¿Por qué además de tener una mami Chela también tenia una mami Vero? ¡Entonces también era válido tener otro papi! Pero... ¿Dónde estaba? Nunca pregunté nada porque pensaba que todas las familias eran cómo la mía, pero ese día al estar sentada sobre las piernas de "mami Chela" la escuché pronunciar las palabras que me bajarían de golpe de la nube de fantasía en la que vivía y decían lo así:¡No debes tener miedo a Fernando; él es tu papá! Me quedé helada; ahora ya sabía dónde estaba mi otro papi .Se supone que eso debería ponerme feliz pero no fue así, al contrario, hubiera preferido jamás recibir semejante noticia.
Sé que se estarán preguntando por qué no me alegró saber que Fernando era mi papá pero sobre todo ¿Por qué le tenía tanto miedo? La verdad es que hasta el día de hoy, no logro explicarme del todo como fue que nació ese temor, de pequeña antes de saber qué era mi padre solo sabía que Fernando era un vecino adicto a las drogas,un vecino como muchos otros que había en mi colonia pero algo en él desde que tengo uso de razón me provocó terror.
Y con la noticia llega también la vergüenza y el bochorno cada vez que en la escuela algunos niños a los que sus mamás (vecinas del barrio) informaban sobre las familias de sus compañeritos se burlaban de que yo tenia un papá "mirahuano", ese es el término que utilizaban para referirse a él, antes no solía dar la menor importancia porque para mi esa era una total mentira ya que mi papá era Pedro, mi "papi Pedro" pero después, al darme cuenta de que tenían razón continuaba negando ese hecho pero con la diferencia de que ahora mi rostro cambiaba de un tono pálido al más vivo escarlata en señal de que en el fondo sabía que ellos tenían toda la razón.
Me llevó tiempo asimilar mi condición de niña "huérfana" de padre pero aún más el tener que aceptar el hecho de que mi progenitor fuese un drogadicto, pasaron los años y poco a poco aprendí a hacer caso omiso de los comentarios de mis compañeritos que sin querer eran hirientes, y digo sin querer porque cuando somos niños decimos las cosas tal como las pensamos y eso hasta cierto punto nos hace un poco crueles.
En términos generales puedo decir que a pesar de no pertenecer a una familia que se compusiera de papá, mamá y hermanos fuí feliz pues la vida en compensación me dio a unos abuelos que vieron en mi más que a una nieta a otra hija , me cuidaron y procuraron siempre mi bienestar con mucho amor, unas tías/hermanas que me consentían, y a la persona más importante de mi vida, me dio a esa mujer maravillosa que con tan sólo 18 años de edad tuvo los "pantalones" para defenderme de todo y mantenerme a su lado aunque para eso tuviera que sacrificar juventud, escuela, diversiones y hasta la ilusión de un nuevo amor, lo que pueda decir es poco para agradecer todo lo que por mi ha hecho. Te amo Mami Vero ... ¡Gracias!