14 de febrero de 2013

¿Día de los enamorados?

Pensaba escribir una lista del porqué detesto este día, pero comprendí que sería muy larga y que no tiene caso aburrir ni amargar el momento a todos los que sí disfrutan de la parafernalia que desata San Valentin. Así que mejor les doy la buena noticia de que pese a todo hay dos cosas que si me pueden encantar:

1.- Ver el colorido de las flores por doquier

2.- Poder comer chocolates a lo loco (yommi). 
 
 
Ok... no me puedo resistir, no haré una lista pero sí quiero mencionar que DETESTO el consumismo del "Día de los enamorados", así cómo el del "Día de las Madres".¿Acaso sólo se tiene amor el 14 de Febrero y Madre el 10 de Mayo?. En fin, la idea es que me enfada el hecho de capitalizar un sentimiento.

So... Mi sugerencia para hoy, mañana y siempre es:

¡Haga el amor, no lo compre!

12 de febrero de 2013

Los soldaditos



La tarde era fresca y el azul del cielo se escondía tras el espeso gris de las nubes, eso me llevo a refugiarme en mi recámara y cuándo más inmersa estaba en la lectura en turno, unos pequeños golpecitos en el cristal me sacaron del ensueño.

Me levanté y caminé hacia la ventana, los golpecitos eran provocados por gotas de lluvia; una, dos, tres, diez... al paso de unos segundos fue imposible mantener el conteo, entonces las gotas dejaron de ser gotas y se convirtieron en cascos, ¡sí! los mismos cascos que hace tiempo cubrían la cabeza o mejor dicho casi todo el cuerpo de minúsculos soldaditos que bajaban directo de las nubes con sus mágicos paracaídas para convertir el patio de la casa en un gran campo de batalla. Pobres soldaditos, su vida era muy corta, apenas tocaban el piso y su cuerpecito era alcanzado por una bomba que los desintegraba en una fracción de segundo, pero el ejército era enorme y sobra decir que también era muy valiente, pues aún no terminaba de desaparecer uno cuándo otro ya estaba bajando para enfrentar al enemigo, y así llegaban a la tierra, uno tras otro, todos siempre con la ilusión de convertirse en grandes héroes.

Ya no recuerdo cuántos años han pasado desde la última vez que nos asomamos juntos por esa ventana, pero aquella tarde, los soldaditos regresaron a golpearla para decirme que cada vez que quiera sentirte a mi lado, bastará con mirar a través del cristal  y hurgar un poco en mi mente para revivir las fantásticas historias que cuándo era niña me solías contar.

11 de febrero de 2013

Plátanos

 
 
"Un hombre decidió pasar un tiempo en un monasterio de Nepal. Cierta tarde entró al templo y encontró a un monje sentado sonriendo. Le pregunto por que sonreía. -Porque entiendo el significado de los plátanos- fué su respuesta, dicho esto abrió su bolsa  extrayendo de ella un plátano podrido.
-Esta es la vida que pasó y no fue aprovechada en el momento adecuado, ahora es demasiado tarde-
 
Seguidamente saco un plátano aún verde lo mostró y volvió a guardarlo.
-Esta es la vida que que aún no sucede, es necesario esperar el momento adecuado-
 
Finalmente tomo un plátano maduro lo peló y lo compartió con él. 
-Esta es la vida en el momento presente, alimentate con ella y vivela sin miedos ni culpas-"
 
Lo de arriba es algo que leí en algún lado y me gustó, y creo que ciertamente tenemos que vivir la vida cómo un niño que no pide explicaciones, se lanza así, día a día cómo si fuese una aventura diferente y por la noche duerme cansado y feliz.