15 de marzo de 2013

Adiós


Nunca me han gustado las despedidas, mucho menos las obligadas, sin embargo algunas son necesarias y hasta útiles, porque detrás de éstas hay una historia que  buena o mala, nos habrá enseñado algo y ayudado a crecer, física, mental o emocionalmente. Por eso, aunque a veces no lo queramos y nos aferremos a personas, cosas o lugares, hay un momento en el que es bueno dejarlos ir para así cederle el paso a nuevas experiencias.


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